Por Iván Lavín/Cine Oculto
Panorámica, Muestra de Cine Independiente, exhibe en su cuarta
edición diez cortometrajes y dos largometrajes. Trabajos de México, Bélgica,
China, Nueva York, Perú, Turquía, Israel y Ucrania. Se ha encontrado la
diversidad que caracteriza a Panorámica;
expresiones individuales desde diferentes enfoques, pero que se unen en una
necesidad común; la de expresar honestamente lo que hay dentro de nosotros, lo
que nos mueve, nos preocupa y nos une. Trabajos que, desde dentro y desde abajo, se abren paso en la difícil
realidad de la producción cinematográfica, y que, a pesar de esto, finalmente
demuestran que la voluntad de la idea y del corazón puede ser más trascendente que
las dificultades monetarias que la producción independiente conlleva.
A pesar de todo, ¿qué es ese obstinado
poder que logra levantar una producción?, ¿qué es lo que hace que uno se
disponga a filmar una película?, bien, puede haber razones superficiales; cierto
deseo de fama, la esperanza de ganancia económica o simplemente la adopción de
una moda; pero también algunas veces, hay otras razones más determinantes,
necesidades más reales y profundas, que nacen desde un espíritu, o como quiera llamarse a esa zona misteriosa que
reside en nosotros, y nos genera una fuerza que va más allá de nuestra mesura
racional y limites mentales.
Cada cineasta ha tenido que sufrir el dolor de romper una cadena dentro y fuera de sí mismo para llegar a la libertad creadora. La creación es un grito de liberación, la misma liberación es un arte, el arte es un nacimiento, el rompimiento de un cascarón; pero este rompimiento sólo se logra cuando se conquista la confianza en uno mismo, cuando se encuentra la propia voz y se alza para todos, y se puede decir: “Aquí estoy y esto es lo que soy”.
Cada cineasta ha tenido que sufrir el dolor de romper una cadena dentro y fuera de sí mismo para llegar a la libertad creadora. La creación es un grito de liberación, la misma liberación es un arte, el arte es un nacimiento, el rompimiento de un cascarón; pero este rompimiento sólo se logra cuando se conquista la confianza en uno mismo, cuando se encuentra la propia voz y se alza para todos, y se puede decir: “Aquí estoy y esto es lo que soy”.
Lam Can-zhao The Dog/ El Perro” (China)
“Era un estudiante de cine de 19 años cuando realicé “The Dog” (China), mis maestros me
enseñaron cómo contar una historia, cómo preparar las luces, cómo encuadrar a
la gente… ¿Es esta la única manera de hacer una película? Decidí salir a descubrirlo por mí mismo”
dice Lam Can-zhao y esto habla de la
valentía, la independencia y la autoconfianza necesaria para realizar su propio cine,
no buscando los aplausos, sino desafiando el lenguaje cinematográfico con
nuevos y arriesgados caminos que quizá alcen al cine a un destino digno de todo
arte. Esta nueva sangre es la que puede renovar al cine que para muchos ya ha
muerto, Lam Can-zhao declara otras
intenciones al decir:“ La historia es
frívola para mí, mientras que el sonido y la imagen son el principal personaje
de mi película”, aquí se va a una dirección diferente de la mayoría de los
profesores de cine que aseguran que si no tienes una buena historia no tienes una
buena película; pero ¿por qué limitarse a aceptar estas palabras? el joven cineasta
tiene que aventurarse y obtener su independencia crítica desde su escuela de
cine, para que no sea orillado a un camino determinado sino que él mismo como
creador receptivo redescubra el cómo y el qué es lo que quiere trasmitir de la
realidad.
Zöhre Erdogan Abanoz “The past/ Pasado” (Turquía)
La directora de “The Past” (Zöhre Erdogan Abanoz, Turquía)
dice: “Hacer películas es sólo un medio
para decirle al mundo lo que le quieres decir, si quieres ser director de cine
tienes que ser franco. Yo estoy más
interesada en los sentimientos que en la historia.” El cineasta
independiente es aquel que es valiente y franco en su manera de hacer cine, eso
es todo, y si es así, evidentemente lo que expresará su cine será valiente y
franco.
En el cortometraje “A Celebration” (Anya Alekhina, Nueva York),
una niña tiene que rebelarse de todos los convencionalismos, contra todo lo que
ella no es. Así, con fuerza y dignidad acepta la corona de su propio destino, alza
su canto para enfrentarse con la audiencia. Esto es lo mismo que hace un
auténtico artista, mover de su asiento al espectador, impactarlo, no
complacerlo con el cómodo entretenimiento. El artista no está para decir lo que
queremos escuchar, sino para sacar lo que no sabíamos que había en nosotros, como
una canción que necesita salir más sólo espera la tonada adecuada. Esa canción es
el arte que se ha creado de un dolor, como el canto que lanza “Fedra” (Malo Bara, Bélgica) a través de una pared hacia los
reclusos, con esperanza de traspasar muros, ¡otra
canción! le gritan, pero ella sólo conoce su canción y desde su soledad la
canta buscando el vínculo, el mismo vínculo humano que todo artista añora.
Malo Bara “Fedra” (Bélgica)
El personaje o el héroe es
comúnmente una analogía del conflicto interno del creador, el creador se
trasforma a través de su creación, utiliza a su personaje como medio para sacar
lo que siente, así si su personaje se libera o trasciende, el creador vive
también de alguna manera esta liberación, y por lo mismo, esta liberación
también contagia a los receptores. En Up
and Arise (Raanan Berger, Israel) por ejemplo, se ilustra todo un proceso
de emancipación donde el espectador experimenta junto con el protagonista sus procesos
de observación y descubrimiento, sus dolores y sus evoluciones. Al atravesar la
crisis el héroe ya no es el mismo ni tampoco lo es el espectador.
Raanan Berger “Up and Rise / Levantate y anda” (Israel)
La narrativa
suele ser el arte de bloquear y soltar, conflicto y resolución, más otro
conflicto y resolución. Se puede sentir este viaje
emocional de manera muy intensa, y a la vez sutil, en la película clásica “Un
condenado a muerte se ha escapado” de Robert Bresson (Francia), uno acompaña
paso a paso al héroe hasta que finalmente encuentra lo que siempre ha buscado:
su liberación. Ahí, en ese segundo, el creador y el espectador a través del
personaje, están siendo parte de la misma pasión, la catarsis, la transformación.
No hay arte sin transformación. Dentro del cortometraje Dem Dem! (Pape
Bouname Lopy, Marc Recchia, Christophe Rolin, Bélgica) el personaje
de Matar también experimenta una transformación, hay una necesidad de salir, de
moverse, de fugarse; hay una crisis que da muerte al viejo “yo” y da nacimiento al nuevo “yo”, y esta
transformación igualmente puede acontecer en la psique del espectador, como también
puede ocurrir en La Jaula (Iván Lavín,
México), si uno se adentra hasta identificarse y comparte los dolores del
personaje sucede que cuando el pájaro sale de su jaula un dolor personal
también se libera, como si el arte de manera discreta hiciera un truco de
curación anímica, una operación simbólica donde el creador y el espectador
sanan un poco su alma.
Christophe Rolin, Pape Bouname Lopy y Marc Recchia “Dem Dem!” (Bélgica)
Christophe Rolin, Pape Bouname Lopy y Marc Recchia “Dem Dem!” (Bélgica)
El cine de alguna manera es un
acto de violencia sobre el espectador, el cual se ve entregado a sentarse
durante cierto tiempo para aceptar sin elección las imágenes que se le lanzan. Pero
esta violencia puede ser edificante o
cegadora, depende de la disposición del espectador. El buen cine es aquel que
duele porque nos remueve algo por dentro, es el cine que tambalea nuestro piso,
el que nos reta, el cual nos hace salir de la sala como si hubiéramos sido purificados. El otro cine,
el complaciente, es el que contiene una violencia más sutil y perversa, ya
que al sólo satisfacernos nos corta la oportunidad de mutarnos, nos roba la
humana libertad de fusionarnos y relacionarnos inteligentemente con lo que
vemos. La libertad de apropiarte de la obra, de navegar en ella, no como un
subordinado, sino como un igual, como un espejo, es la libertad que necesita el
espectador para que finalmente el cine sea un catalizador, y esta liberación sólo
se da ahí donde se rompe la conformidad para abrir paso al nacimiento perpetuo
del cine, el cual es el nacimiento perpetuo del creador y el nacimiento
perpetuo del espectador. Finalmente, esto dará vida a un triángulo
correlacionado de comunicación libre y verdadera, por medio del cual un ser
humano pueda acercarse interiormente a otro ser humano y llegar reconocerse
como uno mismo.
Iván Lavín “La Jaula” (México)
Iván Lavín “La Jaula” (México)
SELECCIÓN OFICIAL 2017
Hugo Pacheco Méndez “Antes de partir” (México) 15 min.
Jaime Rogel “El Tecolote” (México) 1 hr 22 min.
Rodolfo Salinas Roca “Reflexión” (México) 18 min.
Iván Lavín “La Jaula” (México) 30 min.
Jorge Ochoa Rebaza “Bienvenida” (Perú) 20 min.
Zöhre Erdogan Abanoz “The past/ Pasado” (Turquía) 13 min.
Lam Can-zhao The Dog/ El Perro” (China) 1 hr 27 min.
Viacheslav Pareniuk e Igor Pareniuk “Uneasiness/ Desasosiego” (Ucrania) 10 min.
Raanan Berger “Up and Rise / Levantate y anda” (Israel) 22 min.
Christophe Rolin, Pape Bouname Lopy y Marc Recchia “Dem Dem!” (Bélgica) 25 min.
Malo Bara “Fedra” (Bélgica) 14 min.
Anya Alekhina “A Celebration/ Una Celebración” (Estados Unidos) 12 min.
Hugo Pacheco Méndez “Antes de partir” (México) 15 min.
Jaime Rogel “El Tecolote” (México) 1 hr 22 min.
Rodolfo Salinas Roca “Reflexión” (México) 18 min.
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Jorge Ochoa Rebaza “Bienvenida” (Perú) 20 min.
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Lam Can-zhao The Dog/ El Perro” (China) 1 hr 27 min.
Viacheslav Pareniuk e Igor Pareniuk “Uneasiness/ Desasosiego” (Ucrania) 10 min.
Raanan Berger “Up and Rise / Levantate y anda” (Israel) 22 min.
Christophe Rolin, Pape Bouname Lopy y Marc Recchia “Dem Dem!” (Bélgica) 25 min.
Malo Bara “Fedra” (Bélgica) 14 min.
Anya Alekhina “A Celebration/ Una Celebración” (Estados Unidos) 12 min.
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